Tú iluminando mi oscuridad, calmando mi sed,
me acompañas aunque no estés, me das aliento
cuando siento que fallezco.
Ofreciendo tu ayuda en mi diario quehacer
armonizando con tu presencia cada amanecer.
Recibo de ti alegrías cuando triste me siento,
eres remedio ambulante, curas en todas partes.
Refugias aún estando ausente,
como el silencio que pasa y pasa dejando
en su andar un entorno de paz y tranquilidad.
Siempre estás cuando te necesito hallar,
cubres mi necesidad, me llenas de placer.
No hay palabras cómo explicar, no existe
manera de contar.
Inconfundible como el cielo y el mar
siento la vida con tu amistad.
Eres todo oído cuando escuchas mis alaridos
qué sería del mundo sin los AMIGOS.
He leído varias de tus entradas y mi mayor satisfacción estriba en encontrar a personas tan sensibles como tu. Felicidades por tu blog querida amiga, que el Dios de la sonrisa ilumine toda tu vida.
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