que me iluminas con tu luz celestial, con tu gran amor,
que siempre estás ahí para darme un consejo,
para caminar junto a mí, o mejor para cargarme
cuando mis piernas flaquean por el dolor y la desesperanza.
A ti MAESTRO, que desde niña te he adorado y venerado,
que he seguido tus pasos cada día y cada noche,
que cuando te veo mi corazón se llena de amor,
luz y esperanza, a pesar de que ya me estés esperando
para recoger mi alma cansada y llena de cicatrices.
A ti MAESTRO, que me ha enseñado a tener paciencia,
tolerancia, comprensión, bondad, compasión,
pero...sobre todo AMOR A LOS DEMÁS....
A ti MAESTRO, que al estar en tu presencia desaparecen
todo el dolor de mi alma y de mi corazón herido,
las decepciones, las tragedias y las frustraciones.
TE QUIERO TANTO que hasta me duele recordarte día a día,
yo se que tú me estarás esperando al final del camino,
como prometiste.
La luz de tu alma es el cáliz de vida de la mía,
la luz de tu mirada es el sendero de vida de mi destino,
la ternura de tus manos es el abrazo eterno que esperan las mías,
TU VOZ es el aullido del viento que susurra a mis oídos:
¡SIGUE ADELANTE, HASTA EL FINAL DEL CAMINO,
NO TE PARES, AUNQUE TROPIECES LEVÁNTATE,
No hay comentarios:
Publicar un comentario