
Te busqué vagando esferas en un jardín de invierno, de viejos amantes de mi corazón seco en lágrimas no quise ver tu luna caída.
Te acaricié como un fantasma, recordé tu ojos color de lluvia en una tarde desolada.
Lloraba, sí lloraba, me transformaba en crisálida de amor.
Buscaba, sí buscaba que tus dedos cristalinos rozasen otra vez mi alma....
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