Todos somos ángeles con una sola ala, debemos abrazarnos si queremos volar.
No vemos a los ángeles; pero en las avenidas oscuras de la angustia, se acercan y nos llaman. ¡Se parecen a ellos las personas queridas y no son sino ángeles los seres que nos aman!
La comunicación con los ángeles empieza si reconoces que ahí están.
Soñar es ver: un ángel que llega calladito, deshace nuestras vendas con dedos marfilíneos...
Oh, ángel de la guarda, cúbreme con tus alas; oh, amigo mío, ilumina mi camino. Dirige mis pasos y sé mi protección, para hoy.
Hazte cargo Tú, de aquellos que están despiertos, alertas o lloran de noche, y envía a tus ángeles para que se hagan cargo de los que duermen.
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