Te aproximas lentamente, imperceptible.
Es de noche, una flor en la mano,
una rosa, un lirio un clavel;
blanco, rosado, rojo o verde.
Tu sonrisa amplia como el mirar,
tu mirada profunda como la savia.
Llegas a mi puerta,
urgas entre los velos y cortinas del tiempo,
la flor apoyada en tu pecho.
Tus ojos grandes y tristes como niño.
La flor tiembla en tu mano, se estremece,
suspira y desfallece de ansiedad.
Tu rostro sonriente, sorprendido, admirado;
avanzas acercándote, la flor se desliza entre tus manos
y llega a la orilla de mi libro.
Abro los ojos, busco la flor; no está.
Pero ha quedado algo de tí, un recuerdo quizá.
Es de noche, una flor en la mano,
una rosa, un lirio un clavel;
blanco, rosado, rojo o verde.
Tu sonrisa amplia como el mirar,
tu mirada profunda como la savia.
Llegas a mi puerta,
urgas entre los velos y cortinas del tiempo,
la flor apoyada en tu pecho.
Tus ojos grandes y tristes como niño.
La flor tiembla en tu mano, se estremece,
suspira y desfallece de ansiedad.
Tu rostro sonriente, sorprendido, admirado;
avanzas acercándote, la flor se desliza entre tus manos
y llega a la orilla de mi libro.
Abro los ojos, busco la flor; no está.
Pero ha quedado algo de tí, un recuerdo quizá.
Una flor, un libro......
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